domingo, 22 de agosto de 2010

Soneto de un pedido


Porque este es el día y es la hora

no intentes demorar con devaneos

imitando a la fe de los ateos

diciendo que lo nuestro no mejora.


Colócate los brillos de la aurora

no dejes que te venza la negrura

el canto por la vida ya se augura

de mi mano y con sed abrasadora.


No puedo vencer sola, ven conmigo

a luchar esta cruzada de la entrega

y se mi compañero, amor y amigo


porque si en este instante renunciara

el desconsuelo al sepulcro me llevara

siendo tu mi enterrador y mi testigo.