martes, 27 de octubre de 2009

¡Cuándo, cuándo, cuándo!




-¿Puedo convertirme en señor de tus deseos? ¿Cuándo?
- Yo por ello viviré siempre rogando
- ¿Puedo hacerme curador de tus pesares? ¿Cuándo?
- Por tal gracia estaré siempre esperando.
- ¿Puedo ser el centro de tu alegría? ¿Cuándo?


- ¡Cuándo, cuándo, cuándo!
- Cuando cierres por un rato esa boca
- Y concretes la parte que te toca
- Y en lugar de hablar vayas actuando.