que huye del rigor de los inviernos,
y tu alma crepitando en una hoguera
habitada de ansiedades y recuerdos.
¡Qué más loco que pactar con dos acuerdos!
Uno enfría el exterior de la piel seca
y otro mira al interior con una mueca
y sostienen a tu paz dos pies izquierdos.
Ni concilios, ni contratos, ni avenencias
podrán nunca devolverte la cordura,
pues la sobria e imparcial Inteligencia
no hace alianza en esta forma de locura.
O escuchando a la voz de tu Conciencia