¿Qué he aprendido de ti?¡Oh, Amor,
aprendí de ti tantas cosas!
aprendí del placer de vivir
gozando las horas preciosas.
Me instruí del disfrute al soñar
con los ojos de un par abiertos,
logré ver los inmensos desiertos
cuales vergeles rutilantes,
experimenté que es ser amante,
descubrí el rubor en mi piel,
ansiedad en mi pecho por “él”,
dueño y amo de mis sensaciones,
y sufrí también decepciones,
soporté tal vez lo impensable.
Me apliqué en vivir como antes
pero ya era tarde… mi esencia
se trastornó con tu elocuencia
de Amor persuasivo y astuto,
deleite y pena fueron tus tributos
que le has hecho pagar, impiadoso,
a mi pobre y común existencia,
que a tus brazos se entrega con gozo.