lunes, 26 de octubre de 2009

Tu mirada infante


Regia la azucena, blanca inmaculada.
Ella me recuerda tu mirada clara.
Tu mirada infante, de afectos dormidos.
Ella busca errante, donde hallar abrigo.

No eres un niño, por eso valoro
Que no hayas perdido el feliz tesoro
De andar por la vida y sin defenderte
De los desengaños que aturden la mente.

Y has preferido darle mas cabida
A las cosas bellas que tiene la vida.
No hay rencor ni odio que pueda moverte
De esa alegría que tanto amo al verte.

No eres un niño, no importan los años
Tus bellas maneras no acusan el daño.
De todo confías, de todo te arrobas
Gozas de la vida en todas las formas.

Quizás fue el vivir tu gentil maestro
Que te ha prestado su conocimiento
Que lo que subsiste esta en lo importante
De las cosas simples y que se comparte.

Comparte conmigo tu gran alegría
Quiero ser cobijo de tu algarabía.
Comparte conmigo cosas de tu esencia
Y alegremos juntos toda la existencia.