martes, 27 de octubre de 2009

Inspiración


Concluyo que no era tan difícil
Realizar lo que creí que no podría
Pero una muchedumbre de voces
Del fondo de mi ser yo las oía.

Asustada al principio y no menos,
De aquello que me era tan extraño
No poder contener su agitación
Que sacudía todo el suelo
Cual tropilla de caballos
A galope sostenido
Por un infinito prado.

Las notas de su diana me urgían,
Me azuzaba su ardor agazapado,
Reían en multitudes las estrellas,
Se tornaba en verde azul el cielo claro.

Mis manos sacudidas por la prisa
Se tropezaban con los sueños encantados
Músculo y emoción al mismo tiempo
Comenzaban a trazar su corolario
De palabras, turbación para mi mente,
De palabras, reposadas en santuario
De papel y de tinta prodigados
A lo largo de una inspiración naciente
Que verso a verso, en final correspondiente
A la poesía que nacía a mi lado.