domingo, 25 de octubre de 2009

Almas afines






Déjame que me exprese, alma, con todas mis fuerzas
déjame, por favor, concebir aquello que sienta
No me encierres entre claustros y no me pongas cadenas,
porque mi piel esta viva, roja la sangre en mis venas.

Aún la flama esta ardiendo, te pido, no la contengas,
y déjala que se esparza en mi vientre que se quema,
dale mi boca de amor a aquel que mi pasión anhela,
dale los besos más suaves que alguna vez existieran.

Que cierren sus dulces ojos cuando el sueño lo venza,
y que dejen en su frente marcas de flores de menta.
Porque mi voz se apasiona, tiembla agitada sus letras,
y en suspiros se dilata cuando sus labios me besan.

Que sean mis besos en él, las caricias que liberan
el fuego que se contiene, y que mi cuerpo desea.
Y nos fundamos los dos en íntima confidencia,
De aquellas que solo almas, muy afines, se dispensan.